Greg Cannon notó unos brazos que se deslizaron por el respaldo de su butaca y se enlazaron alrededor de su cuello. Una bocanada del perfume exquisito y embriagador que Pamela llevaba siempre, penetró en sus fosas nasales. Era capaz de visualizar su belleza espectacular, sin verla. A menudo la confundía con Cahterine Zeta-Jones.
MARY HIGGINS CLARK, " Mentiras de Sangre"
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